Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio [al cuerno pequeño] [...] y el dominio y la majestad [...] sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. Daniel 7:26,27.
Ayer vimos que desde fines de la década de 1830 Josías Litch comenzó a interpretar “la hora de su juicio ha llegado”, de Apocalipsis 14:7, como algo previo al día del Juicio final. Litch creía que el proceso (o juicio) preadvenimiento había comenzado en 1798, al final del período de tiempo profético de los 1.260 días de Daniel 7:25; y que terminaría antes de la Segunda Venida, al final de los 2.300 días.
La idea de un juicio preadvenimiento no murió con el chasco de octubre de 1844. Enoch Jacobs -que no era sabatario-, por ejemplo, después de analizar el pectoral del juicio usado el Día de la Expiación, declaró en noviembre de 1844 que, “a menos que haya ocurrido algo tan decisivo como la configuración del Juicio el décimo día [el 22 de octubre de 1844], el antitipo todavía no está dado”; la profecía no se cumplió, y todavía estamos en tinieblas. Para Jacobs, “el Juicio se sitúa antes de la aparición personal de Cristo y de la resurrección de los santos”.
Nuevamente, en enero de 1845, Apollos Hale y Joseph Turner llamaron a una interpretación más profunda de la parábola de las bodas. En particular, señalaron que la parábola de las bodas de Lucas 12 menciona que la gente debía esperar hasta que Cristo regresara de las bodas.
Siguieron diciendo que la parábola de las bodas de Mateo 22 contiene una escena de juicio, en la que el rey examina a sus invitados con el fin de determinar si llevan puesto el vestido de bodas.
Turner y Hale relacionaron esas parábolas de bodas con la del reino por parte de Cristo, en la escena de juicio de Daniel 7. Llegaron a la conclusión de que, a partir del 22 de octubre, Cristo tenía una nueva obra que realizar “en el mundo invisible”. Por lo tanto, proclamaron: “¡El Juicio está aquí!”
Para el 20 de marzo de 1845, Miller había equiparado el juicio de Apocalipsis 14 con la escena de juicio de Daniel 7. Hizo notar que desde 1844 Dios estaba en su “condición judicial, decidiendo los casos de todos los justos”, para que “los ángeles puedan saber a quién recoger” en la Segunda Venida. “Si esto es cierto”, añadió Miller, “quién puede decir que Dios no está ya justificando su Santuario”.
Gradas, Señor, p o r la lógica de tu Palabra. Gracias, porque finalmente quitarás las fuerzas egoístas que han controlado a este mundo y establecerás un Reino eterno, en el que gobierne la justicia.
MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2014
”A MENOS QUE OLVIDEMOS” by: George R. Knight, Imagen by: v3wall.com
0 comentarios:
Publicar un comentario