“También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas”. 2 Pedro 1:15.
¡Qué momentos felices viví con el nacimiento de mis hijas! Sentí una alegría incomparable y profunda gratitud a Dios. Contemplar a cada una de ellas en el momento de nacer me dejó una sensación de indescriptible plenitud. Estos son momentos que cada madre vive emocionalmente como un maravilloso sueño que se hace realidad.
Recuerdo esos momentos como si fueran en este mismo instante: tocar sus manitas, acariciar sus mejillas y su fino y delicado cabello, consolar su llanto… Mi corazón rebosa de alegría y al mismo tiempo tiene una nostalgia inmensa. Llevar en mi mente y corazón esas escenas me cautiva, me estimula y todos estos lindos recuerdos le dan sentido a mi vida. Han pasado más de 17 años y el desfile de despedida se ha iniciado en mi hogar. Cada una de ellas es una obra magistral del divino Creador. ¡Qué difícil es aceptar que ahora la distancia es la línea divisoria en nuestro camino!
Al separarme de cada una de ellas recuerdo haberles dicho: “Hija mía, tendré que ser tan valiente en dejarte ir como tú en partir y dejar tu hogar”.
Muchas de nosotras hemos visto levantar vuelo a nuestros hijos, y nuestro corazón apenas latía de tristeza, pero lleno de esperanza, imaginando el hermoso momento de su regreso, cuando volveríamos a estrecharlos en nuestros brazos y decirles nuevamente que los amamos.
Querida amiga, nuestro hogar es hermoseado y bendecido con la llegada de los hijos. Dejarlos partir es permitirles iniciar el florido sendero de su vida, mientras nuestro camino se convierte en un desierto que se desdibuja en la arena. Aun así, allí está la ayuda del divino Maestro que transforma ese desierto en un oasis, cuyas fuentes inagotables refrescan la tierra y la hacen fértil y lozana.
Nuestro amado Jesús partió un día al cielo. La tristeza embargó a los discípulos, pero él les dejó la esperanza de su pronto regreso. Hoy, nosotras, en menos de lo que imaginamos, lo veremos volver. Vendrá a buscarnos para iniciar el camino de las estrellas de la mano de los hijos que nos dio, y esta vez sin partidas ni separación.
Susana Solís de Flores, Ecuador
LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com
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