“[…] Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria” Isaías 61: 3, NVI
Me preparé en la Universidad Adventista de Montemorelos, México, para ser una enfermera. Me hubiera gustado desempeñarme en mi profesión, pero una mañana de hace 25 años, mi esposo me dijo: “Mi amor, necesitas comprender algo acerca de nuestra misión: ambos fuimos llamados para servir a Dios y a la iglesia. No es posible que dediques todo tu tiempo al ministerio, a la enfermería y a la familia. Es mucho. Y pausadamente concluyó: tu profesión o el ministerio”.
Ya he cumplido las bodas de plata sirviendo al Señor y a su iglesia. ¡No lo puedo creer! Parecería que fue ayer cuando recibimos este bendito llamado. A pesar de los 25 años que han pasado, aún me siento como cuando empecé a dar mis primeros pasos en este sagrado ministerio, por la fuerza, la energía, la fortaleza y la alegría que a diario recibo de mi Padre celestial.
En el transcurso de ese tiempo mis jornadas tuvieron la fuerza que necesité de Jesús porque mi prioridad fue, y es, buscarlo primeramente a él en oración. El estudio de su Palabra, que a diario robustece mis huesos espirituales, me da fortaleza, pues siempre hay jornadas muy difíciles que, sin el consumo de estas vitaminas espirituales cada día, no podría afrontar con valentía.
Las vivencias se experimentan cada día, y nunca dejamos de aprender. Me siento muy feliz por estar comprometida con los planes de la iglesia y la gran responsabilidad de ir paso a paso en el cumplimiento de la misión a la cual fuimos llamados.
En momentos cruciales de la trayectoria de mi jornada, comprendí que Dios me había llamado para ser la ayuda idónea en el ministerio para el cual mi esposo había sido separado. Hoy puedo decir con profundo gozo en mi corazón que no me arrepiento. Dios ha hecho cosas maravillosas en mi vida y la de mi familia. Debí tomar un camino y dejar otros, pero escogí la mejor parte: estar al lado de mi esposo y de mi hijo, para juntos llevar adelante la obra de salvar almas que el Señor nos encomendó.
Querida amiga, quisiera decirte desde mi corazón: Elige el mejor camino, entrega tu voluntad a Dios y el hará maravillas en ti y mediante ti.
Raquel Mansilla de Guerrero, Ecuador
LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com
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