abril 16, 2014

Pedir como conviene | Matutina para Mujeres

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“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”, Romanos 8:26.
Hacía pocos días que habíamos sido trasladados al distrito de Cañada de Gómez, en la provincia de Santa República Argentina. Estaba rodeada de cajas y cosas de la mudanza para acomodar. A mi lado, un niño de casi tres años que no paraba de hablar y un bebé de seis meses que lloraba continuamente.
No daba más. ¡Estaba exhausta! Había pasado cinco largos meses en reposo absoluto durante mi embarazo y ahora que necesitaba hacer “cosas”, el cuerpo no me respondía. El agotamiento me tenía en un estado de permanente irritabilidad y angustia.
Una de esas tardes agotadoras e interminables, en la que sentía que el cansancio me vencía, dejé todo lo que estaba haciendo y me senté en el patio angustiada. Tomé el celular para encontrar alguien con quien hablar.
El primer contacto de la lista: Abuela Yola. Marqué su número y ¡qué reconfortante fue escuchar esa voz familiar de alguien que me amaba desde mi niñez! Le conté con detalles cómo me sentía. Con la dulzura con que siempre me aconsejaba, me dijo: “M´ hijita, pedile al Señor que te mande un ángel fuerte para ayudarte. Vas a ver que si se lo pedís te lo va a enviar”.
Había estado tan cansada que me había olvidado de pedirle ayuda a Dios. Después de hablar con mi abuela, en el mismo lugar donde estaba, elevé mis pensamientos a Dios en oración pidiéndole un ángel. No recuerdo si pasaron unos días o unas semanas hasta que Dios me mandó mi ángel.
Una chica de la iglesia me visitó una tarde y en su visita tomó a mi pequeño Samuel de mis brazos y me mandó a dormir. Siguió “visitándome” hasta que logré recuperarme.
Ya pasaron un par de años de lo sucedido, pero siempre que pienso en lo que Jesús hizo por una madre agotada, me asombra y me llena de gratitud para con él y para con mi ángel, llamado Rosita.
Querida amiga, no esperes tanto para recurrir a Dios y pedirle que te ayude. Él ya tiene la solución para tu problema y está esperando pacientemente que le solicites su ayuda para sorprenderte con su amoroso cuidado.
Paulina Portal de Peter, Argentina

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger,

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