abril 12, 2014

Se convirtieron en adventistas de la puerta abierta–1 | Matutina para Adultos

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He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Apocalipsis 3:8.
Hace algunas semanas, vimos que los primeros sabatarios eran adventistas de la “puerta cerrada”. Miller habla usado la frase “puerta cerrada”, de Mateo 25:10, con el fin de expresar la cercanía del tiempo de prueba antes de la llegada del Esposo, o Cristo.
Otra forma de decirlo es que Miller creía que cada persona habrá tomado una decisión a favor o en contra de Cristo antes de que él vuelva; que no habrá una segunda oportunidad después de la Segunda Venida. Esa es una buena enseñanza bíblica.
Pero, la interpretación de Miller de la puerta cerrada tenía un problema sustancial; más específicamente, él había unido la Segunda Venida con el fin de los 2.300 días de Daniel 8:14.
Por lo tanto, hasta el final de 1844 creyó que el tiempo de prueba se había cerrado el 22 de octubre de ese año; que la obra de predicar el evangelio a los pecadores habla terminado; que ya no se podían convertir más pecadores.
Todos los primeros adventistas sabatarios, sin excepción, creían en la puerta cerrada. Sin embargo, el estudio de la Biblia, como vimos antes, pronto los llevó a concluir que la purificación del Santuario no significaba la Segunda Venida, sino que tenía que ver con el ministerio de Cristo en el Templo celestial.
En ese momento, descubrieron que sostenían una teología que ya no encajaba. Habían cambiado su interpretación de la purificación del Santuario, pero no habían reinterpretado la fecha de la puerta cerrada. Sin embargo, la transformación de una creencia demandaba un cambio en la otra. Pero, eso no fue inmediatamente obvio para los sabatarios.
Recién a comienzos de la década de 1850 elaboraron una postura armoniosa sobre el tema. Pero, el cambio no se produjo por haber visto primero su error en la Biblia; al contrario, enfrentaron otro problema, que no desaparecía. Les gustase o no, seguían teniendo conversos a su mensaje que no habían pasado por la experiencia millerita. Al principio, pensaron que debían negarse a bautizarlos, porque esas conversiones eran “imposibles”. Ese fue el caso de J. H. Waggoner, quien más adelante llegó a ser un pastor importante entre los adventistas del séptimo día.
Fue la realidad de los nuevos conversos, que “no deberían” haber sido, lo que hizo volver a los sabatarios a la Biblia, para reestudiar el tema. Para fines de 1851 o comienzos de 1852, se habían dado cuenta de su error. Como resultado, llegaron a la conclusión de que, si bien era cierto que el tiempo de prueba terminaría antes del Advenimiento, ese acontecimiento todavía estaba en el futuro. Ese descubrimiento abrió el camino para que difundieran su mensaje a todos.
¡La buena noticia es que Dios nos guía incluso en medio de nuestros enredos!

 

MEDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2014
”A MENOS QUE OLVIDEMOS”
by: George R. Knight, Imagen by: v3wall.com

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