Casi todos los monitores, tienen un color de temperatura de 6500 K (Kelvin), que es considerado un tono frío, donde el blanco tiende más al azul. Temperaturas cálidas (como 2800-3500K) son llamadas así, porque el blanco tiende a ser más amarillo rojizo. Es algo que podemos apreciar bastante bien cuando comparamos los diferentes tipos de focos de luz. Pueden ir de 2700 K (que dan una luz amarilla), pasando por CFLs de 5500K o LEDs de 6500 K, que tienden a darnos una luz blanca
El asunto, es que, durante el día, una temperatura de 6500 K (la que viene por defecto en monitores) es genial, ya que es un buen complemento para la luz del día, o incluso las luces frías que usamos en la oficina. Pero en la noche, una luz de tanta temperatura, este tipo de luz puede resultar, en algunos casos, molesta.
Esto es lo que F.lux nos propone: de acuerdo a nuestra ubicación, calcula la hora en la que se oculta el sol y, gradualmente, va regulando la temperatura del color de nuestro monitor, para que la transición de día a noche, si estamos constantemente leyendo en pantalla, sea lo más suave posible. En pocas palabras, hace que nuestra pantalla se adapte más al color de la iluminación de interiores (usualmente mucho más cálida que iluminación diaria). Y cuando es de día, F.lux automáticamente vuelve al monitor a la temperatura ideal
Por supuesto, no todos tenemos la misma iluminación en nuestras habitaciones, así que a través de las preferencias, podemos determinar qué tipo de focos utilizamos, para que F.lux se ajuste adecuadamente.
F.lux es sumamente útil para los que pasamos horas leyendo en pantalla
No lo prueben de día, donde un tono amarillento quedará horrible y probablemente los invite a desinstalarlo inmediatamente. Pruébenlo cuando se acerque la puesta de sol, o cuando estén ya de noche, con luces interiores, sin el sol de por medio.
[stereopsis]imagen: wikipedia
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