Cuando todo parecía que la Unión Europea veía la luz al final del túnel de la crisis económica con el paquete de medidas acordado en Bruselas la semana pasada, el anuncio de un referéndum en Grecia desató un terremoto político que podría incluso terminar con el primer ministro Yorgos Papandreu fuera del gobierno.
En el seno de la Unión Europea ya no se da por seguro que el euro es un club en el que se entra para no salir.
El primer ministro griego se tambalea y se vislumbra en el horizonte un gobierno de unidad, mientras los ciudadanos se quedaron sin referéndum al tiempo que le empiezan a ver las orejas al lobo de quedarse fuera de la UE.
El Banco Central Europeo, el que para muchos tiene el poder para arreglar la crisis, de momento sólo baja los tipos de interés.
Y el mundo observa preocupado una situación que a menudo genera muchos interrogantes y pocas respuestas.
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