“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Jeremías 33:3, NVI.
Iniciaba el cuarto año de Contabilidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, al que había llegado a fuerza de lágrimas, oraciones y ayunos. Me esperaba otro año de retos, duras pruebas de fidelidad y desafíos en una universidad ajena a mis principios cristianos.
Cuando supe que una de las asignaturas más importantes se dictaría los viernes de 18:00 a 20:00, me sentí mal. Más nerviosa y tensa me puse cuando me enteré de que el catedrático a cargo de la materia era uno de los líderes de la logia de los masones. Había tenido contratiempos con varios docentes de los años anteriores y el Señor me había guardado fiel, pero con este profesor no sería fácil llegar a un acuerdo y aprobar la asignatura. Oré mucho a Dios pidiéndole valor y sabiduría para hablar con el profesor.
Cuando llegó el día, muy temprano, al hacer mi culto personal abrí la Biblia y mis ojos se detuvieron en Jeremías 33:3. Mi mente retuvo esas palabras durante todo el día. Busqué al profesor, que me miró con curiosidad mientras yo iniciaba, temblando, mi pedido:
–Doctor, tengo una asignatura con usted, pero no voy a poder cumplir ese horario por motivos religiosos. Por favor, deme una salida para no desaprobarla.
–¿Qué puede ser tan importante que te impida asistir a mis clases los viernes? –inquirió–. ¿Así que tú eres religiosa? Entonces debes conocer muy bien la Biblia; solo te voy a hacer una pregunta y si la respondes, te ayudaré.
–¿Qué dice el texto en el que estoy pensando y que comienza con “clama”? Inmediatamente recordé el versículo que el Señor me mostró en la mañana y lo repetí de memoria:
–“Clama a mí y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no sabes”.
–Jeremías… –agregó esperando algo más.
–33:3 –completé con seguridad.
–Palabra es palabra –dijo–. Ese es exactamente el texto en el que estaba pensando.
A partir de ese momento no tuve problemas en su materia. Amiga, si clamamos al Señor cuando tenemos que defender nuestra fe, cuando esté en juego nuestra fidelidad a su Palabra, él nos ayudará, y hasta pondrá en nuestra boca las palabras que debemos pronunciar.
Nelbith Pérez Pinedo, Perú
ECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com
0 comentarios:
Publicar un comentario