agosto 10, 2014

Su promesa | Matutina para Mujeres

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“Yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, [...] porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”. Génesis 28:15.
Recién casada acompañé a mi esposo en muchos viajes y travesías. En 1996, viviendo en Iscozacin, ciudad del distrito misionero de Puerto Bermúdez, en la selva peruana, fuimos a visitar a los hermanos de una comunidad nativa.
Viajamos durante tres horas en un bote con su “peque peque” (canoa motorizada de la Amazonia peruana) y al llegar al lugar los hermanos nos esperaban con mucha alegría. Esta fue una nueva experiencia en mi vida. Las costumbres, comidas y lenguaje de esta comunidad eran algo nuevo y diferente para mí. Para visitar otras aldeas atravesamos el monte por inhóspitos y difíciles caminos de trochas, caminando durante tres a seis horas.
Recuerdo que uno de los caminos más largos para llegar al pueblo lo hicimos entre la mañana y la tarde de un solo día. En el transcurso íbamos cantando, conversando, contemplando la naturaleza bajo los intensos rayos del sol. Al caer la noche notamos que se venía una gran tormenta, con truenos y relámpagos, y me asusté mucho.
No podíamos detenernos. Yo estaba agotada, sentí que no podía dar un paso más. Mi esposo me animaba diciéndome: “Falta poco para llegar. Tienes que ser valiente, no podemos quedarnos en el camino, es muy peligroso. Además, hay una familia que nos está esperando con mucho cariño, una rica cena y un cómodo lugar para que puedas descansar”.
Mientras caminábamos yo iba orando: “Señor, ven por mí, ayúdame a seguir el camino, tú me escogiste para ser compañera y ayuda idónea de mi esposo, a quien llamaste para servir y pastorear tu pueblo”. Entonces sentí que mi cuerpo había sido reconfortado. Saqué fuerzas de donde no las tenía y pudimos llegar a destino. Dios suplió lo que me faltaba en ese momento de tanto agotamiento, no solo físico sino también mental y emocional.
Amiga, quizá te encuentres triste, cansada y agotada y no tengas más fuerzas porque lo has dado todo. Tal vez los problemas te agobian y sientes que no puedes seguir caminando. Estás con miedo y perturbada. Confía en la bendita promesa de nuestro buen Dios “te guardaré por dondequiera que fueres”, porque él la cumplirá.
Lidia Tito Flores, Perú

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014 DE MUJER A MUJER Recopilado por: Pilar Calle de Henger

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