El cruce de los elegidos a la eternidad
“Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3
YO SOLÍA CREER QUE el don del discernimiento era un don espiritual reservado para algunos privilegiados. Sin embargo, cuanto más estudio, más me convenzo de que Dios quiere otorgar este don a todos sus amigos. ¿Por qué, si no, iba a invitarnos en nuestro texto de hoy a pedirle que nos dé la capacidad de discernir “cosas grandes y ocultas” que no hemos conocido anteriormente? ¿Por qué, si no, iba Jesús a prometer que el Espíritu Santo “os guiará a toda la verdad […] y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13)? ¿Cómo? Considera estos dos pasos finales para entender los tiempos y saber cómo responder:
-
Mantén tu centro de interés en Dios. Él es el héroe del último capítulo de la historia de este mundo, no los elegidos. “¡Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay otro!” (Isa. 45:22). Todos los análisis de tendencias y las presentaciones de las “señales de los tiempos” deben tener como meta compartida la apasionante misión de llamar la atención de esta generación hacia el Salvador. ¿Cómo?
-
Da testimonio de tu esperanza. Mi amigo Jon Paulien, que ha pasado su vida reflexionando sobre el libro de Apocalipsis y estudiándolo, ha escrito mucho sobre esa obra. Aunque mantiene una sana provisionalidad incluso con su propia investigación y sus propias conclusiones, reitera una cosa: con independencia de cómo se descifre el desenlace del Apocalipsis, Cristo pone de manifiesto en todo ese libro que el “evangelio eterno” debe ir “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6) antes de que regrese. Como ves, el factor de Isacar de discernir los tiempos (lo que aún está por venir) debe llevarnos al factor de Isacar de determinar la respuesta (lo que aún está por hacerse). Y Jesús es inequívoco: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). Piénsalo: la más segura de todas las “señales de los tiempos’’ de que Jesús va a volver pronto es la única señal que queda en manos de sus seguidores: hablar de Jesús al mundo. ¿Y cuál podría ser un antídoto más tranquilizador para esta generación de temor que la simple verdad?: Él murió por mí: puedo vivir sin culpa; resucitó por mí: puedo vivir sin temor; y vuelve a buscarme por: puedo vivir con esperanza.
ELEGIDOS
El sueño de Dios para ti
Por: Dwight K. Nelson
0 comentarios:
Publicar un comentario