septiembre 04, 2015

La pregunta de la reina de España | Matutina para Adultos 2015

“Y a la medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí viene el novio, salid a recibirlo!” (Mateo 25:6).
Durante el ciclo académico 1975-1976, la Iglesia Adventista fue invitada a impartir un seminario doctrinal en un curso interfacultativo de la Universidad Autónoma de Madrid llamado “Humanidades Contemporáneas”. A este seminario, una vez por semana, durante varios meses asistió una alumna excepcional: la reina de España. Al terminar el curso en la universidad, la soberana expresó el deseo de visitar algunos templos de los grupos religiosos que habían intervenido. Primero fue a la sinagoga judía, luego vino a nuestra Iglesia Central de Madrid a un servicio de comunión el sábado 26 de junio de 1976. No visitó otros lugares de culto.
Pasados unos días, solicitamos de la Casa Real una audiencia con la reina para agradecerle su visita. La audiencia nos fue concedida, y allí estuvimos el pastor Rafael Hidalgo y yo. La reina nos recibió de pie en un gran salón.
¿Sabes cuál fue la pregunta que nos hizo al saludarnos? Nos miró fijamente y preguntó: “¿Cuándo viene? Sí, ¿cuándo viene el Señor?” De todos los grupos cristianos que habían participado en aquellos seminarios doctrinales, ella había descubierto que solo los adventistas teníamos una respuesta convincente a esa pregunta.
Sí, es verdad, todos los cristianos creemos en el advenimiento, pero no todos somos adventistas. ¿Por qué? Porque los adventistas vivimos esa creencia comprometidos con ella. Vivimos en un permanente estado de esperanza viva, gozosa y comunicativa, de espera vigilante, confiada y activa. 
 Para nosotros, la espera no es un asentimiento intelectual de la promesa del Señor, “vendré otra vez”, sino una actitud existencial que implica la vida entera. Para los adventistas, el anuncio de la Segunda Venida es nuestra misión especial en el seno del cristianismo contemporáneo. 
Somos el clamor de media noche que despertó a las somnolientas vírgenes de la parábola; somos los atalayas apostados en las almenas de la ciudad de Dios: “Sobre tus muros, Jerusalén, he puesto guardas que no callarán ni de día ni de noche. […] Jehová lo hizo oír hasta lo último de la tierra: ‘Decid a la hija de Sión que ya viene su Salvador; he aquí su recompensa con él y delante de él su obra’ ” (Isa. 62:6, 11). Y la reina de España había descubierto esto.
Porque hay un Dios en los cielos… el regreso del Señor establecerá un nuevo reino en este mundo que nos permitirá vivir en paz y seguridad.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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