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“Examinadlo todo y retened lo bueno. Absteneos de
toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:21, 22).
Una vez que Jesús ascendió al cielo, la iglesia
primitiva enfrentó todo tipo de desafíos para mantenerse firme en la esperanza
del evangelio. Un aluvión de ideas vinculadas con las enseñanzas cristianas se
empezó a escuchar en diversas congregaciones; sin embargo, algunas de ellas
resultaban un tanto radicales.
El problema es que algunas posturas extremas por
parte de algunos creyentes inhibían a otras personas para acercarse a la
iglesia. Algo similar sucede hoy. Algunas expresiones autoritarias de la fe por
parte de algunos sectores de la iglesia estorban a un buen número de personas
para entregar su vida al Señor: “A consecuencia del fanatismo y malicia
resultantes de la obra de hombres que falsamente se decían enseñados por Dios,
mucha gente buena y seria mira con grave recelo y no da crédito a quienes se
apoyan en la revelación divina.
Pero el que busca la verdad se ha de prevenir
igualmente contra los engaños de falsos profetas e instructores y contra el
fracaso en el reconocimiento de la verdad. Dice el apóstol: ‘No menospreciéis
las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno’ ” (Testimonios selectos, t. 1,
p. 242). El apóstol Pablo nos recuerda que no hemos de aceptar todas las
opciones que se nos ofrecen sin más, ni admitirlas indiscriminadamente. Más
bien, nos invita a usar un buen criterio selectivo y tener un
objetivo.
“En armonía con esta exhortación, los creyentes en
Cristo han de considerar ingenuamente las pruebas de que el actual movimiento
adventista está guiado por Dios, al paso que consideran la manifestación del don
de profecía relacionado con este movimiento. Es peligroso menospreciar la obra
del Espíritu Santo manifestada en dicho don de profecía.
Sin embargo, se nos
amonesta a guardarnos ‘de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces’. La prueba se nos da en que
‘por sus frutos los conoceréis’ ” (ibíd.).
También hemos de abstenernos del mal. La elección
entre las muchas y diversas opciones que encontramos en la vida siguiendo un
criterio moral y espiritual es la mejor de las pedagogías; y tiene un objetivo:
retener lo bueno, es decir, que su finalidad es conseguir lo bueno, buscar y
alcanzar la verdad.
El apóstol Pablo explica en otro pasaje lo que debemos
examinar: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fil. 4:8).
Este día pide a Dios que te aleje del
mal.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA
ADULTOS 2015
Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol
Buil
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