septiembre 07, 2015

A la luz del amanecer | Matutina para Mujeres 2015

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. 2 Pedro 1:19
Cierta noche no tenía luz en mi cocina. Necesitaba lavar los platos y utensilios de la cena, pero la oscuridad era impenetrable, y decidí esperar hasta la mañana. Temprano, al día siguiente, todavía no contaba con la iluminación de la luz eléctrica, pues estaba averiada. A la luz del amanecer, lavé los platos y me dispuse a preparar el desayuno. Cuando ya hubo más claridad, noté que una vasija que ya había lavado tenía residuos de comida en un borde. La lavé nuevamente.
¿Cómo está nuestra vasija? ¿Alguna vez te sentiste cómoda con tu vida cristiana? Cristo es la luz que manifiesta nuestra condición espiritual. De su nacimiento, dijo el profeta: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isa. 9:2). 
Su Palabra alumbra nuestro entendimiento, señala el pecado, y nos apremia a acudir a él para ser lavadas en su sangre, por cuyo medio recibimos perdón. El joven rico estaba satisfecho consigo mismo. Cuando Cristo le señaló que le faltaba algo, se fue triste. Le pareció muy brusco el proceso de limpieza divina (ver Luc. 18:18-30).
Agradecí a Dios por la claridad del día, que me permitió ver la necesidad de lavar la vasija otra vez. Agradezco, también, cada vez que Cristo me señala las manchas en mi vida. Él usa diferentes circunstancias y personas para revelar mis imperfecciones. Confieso que no siempre me agrada la forma en que me lo muestra, pero su propósito es que yo crezca en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor.
Cristo es ese lucero que iluminará nuestro interior con su gracia y amor, para que veamos nuestras imperfecciones y acudamos a él por ayuda. Aunque nos rodeen las tinieblas, podemos confiar en su promesa: “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Isa. 60:2).
Señor, alumbra mi corazón y lávalo para que sea lleno de tu gloria. Amén. — Rhodi Alers de López.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2015
Jardines DEL ALMA
Recopilado por: DIANE DE AGUIRRE
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