julio 24, 2014

¿Y si Jesús viniera mañana? | Matutina para Mujeres

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“Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. Isaías 25:9.
Desde niña aprendí a esperar la segunda venida de Jesús. La certeza de su regreso ha sido el tema central de mi vida. Recuerdo que mi abuela lo mencionaba en muchas ocasiones, y eso llenaba mi corazón de esperanza. Cuando ella murió oraba con todo mi corazón para que Jesús regresara, y soñaba con ese día. Es verdad que el deseo de ver a un ser tan querido que la muerte me había arrebatado aumentaba las ansias de morar en el cielo por la eternidad.
El tiempo ha pasado y hoy me pregunto si estoy lista para estar con el Señor. ¿Seré aprobada? ¿Estaré a su derecha? Los tiempos que corren son difíciles: dolor, desesperación, angustia. La Palabra de Dios está cumpliéndose: se toman decisiones equivocadas, no se respeta la libertad religiosa, la humanidad está distraída, sigue sus afanes sin sospechar el terrible fin que le espera a este mundo.
¿Qué sucedería si Jesús viniera mañana? ¿Tendríamos gozo o angustia en nuestro corazón? ¿Testificamos con fervor sabiendo que el tiempo está cerca? Son preguntas importantes que debemos hacernos. Anhelar su regreso es bueno, pero eso implica preocuparnos por nuestra condición espiritual aquí en la tierra.
El día a día nos encuentra afanadas con el trabajo, el hogar, la iglesia, las preocupaciones, los temores, las expectativas personales, y olvidamos la bendita esperanza del regreso de Jesús. Hoy vivimos rodeadas de oscuridad espiritual, pero aun así debemos prepararnos para entrar en la gloriosa luz celestial.
Amiga, como mujeres, podemos comparar esta preparación con el proceso de gestación. Cuando nos enteramos de que seríamos madres nos alegramos mucho. Luego vino la preparación, la espera, la preocupación, pero al final llegó el día esperado y a pesar del dolor del alumbramiento, la paz y el gozo nos invadieron por completo. Así es esta espera. Preparémonos y preparemos a otros para encontrarnos, como familia, con Cristo. Que nuestra vida predique el mensaje certero: “¡Ven, Señor Jesús!” (Apoc. 22:20).

ECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com

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