Pasa a Macedonia y ayúdanos. Hechos 16:9.
El sueño de Pablo acerca del llamado macedonio para los misioneros se encuentra reflejado incontables veces en la historia adventista. Eso ocurrió con los conversos europeos de Czechowski.
Ese hombre interesante, que hizo tanto para establecer la presencia adventista en Europa, nunca hablo a sus conversos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de los Estados Unidos. Cuando se le pregunto dónde había aprendido lo que ensenaba, su respuesta era: “De la Biblia”. Hasta donde sabían, sus conversos eran las únicas personas del mundo que creían en las enseñanzas de la Biblia, como ellos. Pero esa ignorancia no duro para siempre.
Casualmente, Albert Vuilleumier, uno de los creyentes suizos, encontró un ejemplar de la Review and Herald en una habitación que Czechowski había ocupado durante una visita reciente. El inglés que dominaba Vuilleumier no era perfecto, pero pudo captar lo suficiente como para entender el hecho de que en los Estados Unidos existía un grupo religioso que ensenaba las mismas creencias que Czechowski.
Ese descubrimiento dio origen a una carta para Urías Smith, editor de la Review. Los sorprendidos dirigentes de Battle Creek respondieron con una invitación a los creyentes suizos para que enviaran a un representante al Congreso de la Asociación General de 1869. Así, James Erzberger llego a los Estados Unidos.
Erzberger era un converso reciente. Había sido un estudiante de Teología que se preparaba para el ministerio, cuando se encontró por primera vez con los observadores del sábado. Al examinar sus creencias para determinar si eran ciertas, pronto se convenció. Aunque Erzberger llego a Battle Creek demasiado tarde para el congreso, se quedo durante quince meses, y vivió la mayor parte del tiempo en la casa de Jaime y Elena de White.
Se quedó para estudiar, a medida que perfeccionaba su inglés y exploraba más cabalmente el mensaje adventista. Cuando regreso a Suiza, lo hizo en calidad de primer pastor ordenado adventista del séptimo día en Europa.
Mientras tanto, Czechowski se había molestado bastante por el contacto de sus conversos suizos con la iglesia estadounidense. Pronto partió para Rumania, donde encontró a los primeros grupos que guardaban el sábado en ese país.
La experiencia suiza tuvo dos resultados importantes. Primero, suscito una discusión importante sobre la misión entre los adventistas en los Estados Unidos; y segundo, llevo al persistente pedido de un misionero para ir a Europa.
Los llamados de Macedonia todavía nos llegan. Y Dios todavía necesita gente que responda.
EDITACIONES MATINALES PARA ADULTOS 2014
”A MENOS QUE OLVIDEMOS” by: George R. Knight, Imagen by: v3wall.com
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