mayo 25, 2014

Aquis | Matutina para Jóvenes

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Aquis, por su parte, confiaba en David y se decía: David se está haciendo odioso a los israelitas, su propia gente. Sin duda me servirá para siempre. 1 Samuel 27:8.
David mentía conscientemente para cuidar su vida; aprovechaba para atacar a los enemigos del pueblo de Israel y se enriquecía con los botines que ganaba. El texto que usamos como marco hoy nos habla de la confianza que el rey filisteo había depositado en David; confianza que el futuro rey de Israel traicionaba.
David ya había revelado, a lo largo de su historia, nobles rasgos de carácter, y su valor moral le había hecho ganar el favor de su pueblo; pero cuando fue probado, su fe vaciló, y aparecieron sus debilidades humanas. Se cansó.
No consiguió seguir esperando en Dios. En realidad, el problema no fue huir a tierra de enemigos, sino hacerlo basado sobre la certeza de que el rey Saúl, finalmente, lo mataría.
La falta de fe normalmente no es la consecuencia, es la causa. A partir de la falta de fe surge el engaño, la mentira, la debilidad. Muchas veces tomamos decisiones basándonos sobre las apariencias, según los ojos humanos; sin tomar en cuenta la historia de salvación que el Señor nos ha regalado a lo largo de los años.
Dejar de confiar en Dios y buscar nuestras propias soluciones acaba por colocarnos en situaciones absurdamente complicadas. David terminó formando parte del ejército filisteo, a punto de enfrentarse al ejército de Israel. La batalla que se iba a librar en aquel campo no era ni una minúscula parte de la que se libraba en el corazón de David. Por sus mentiras reiteradas durante casi un año y medio, por su falta de fe en la protección divina, ahora debía enfrentar a sus propios hermanos.
Dios actúa en todos los momentos; también, cuando en situaciones desesperadas -a causa de nuestros propios errores- pedimos su dirección. Aquis, forzado por los señores filisteos, tuvo que liberar a David de la obligación de acompañarlo en la batalla. Estaba solucionándole a David un enorme problema.
Sin embargo, al llegar a Siclag, su hogar filisteo, David se encontró con la ciudad destruida y con sus esposas e hijos prisioneros.
Una primera decisión equivocada trajo esta cadena de problemas a la vida del futuro rey. Hoy, las cadenas son similares. Piensa en esto.

 

MEDITACIONES MATINALES PARA JÓVENES 2014
”365 vidas” by: Milton Bentancor, Imagen by: v3wall.com

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