mayo 17, 2014

La oración de una niña | Matutina para Mujeres

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“Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor sálvame! Al momento Jesús extendiendo la mano, asió de él [...]”. Mateo 14:30, 31.
Tenía cinco años cuando fuimos a la piscina de aguas termales con mis hermanas mayores. El día estaba frío, lo que invitaba a quedarse más tiempo en las aguas calientes. Después de una hora, mis hermanas decidieron salir y se dirigieron rápidamente a las duchas. Tan velozmente se fueron que se olvidaron de mí.
En mi intento por salir del agua me dirigí hacia las gradas que estaban en una esquina de la piscina. Para llegar hasta ellas debía asirme de unos tubos que cumplían la función de pasamanos e impulsarme con fuerza, lo cual no logré… y empecé a hundirme. Sentí mucho miedo y entré en desesperación. El peligro empeoraba porque tenía que pasar sobre un enorme hueco por donde se desagotaba la piscina. Unos meses atrás esa piscina se había “tragado” literalmente a tres niños.
En ese momento hice una oración acompañada de una promesa: “¡Señor, sálvame! Si me conservas la vida, te serviré como misionera en África”.
Papá siempre nos contaba historias de los misioneros en África y de las aventuras y desventuras que vivían. Mi sueño era ser misionera, pero cuando me vi tan cerca de la muerte, mi sueño se desvaneció. ¿Cómo podría servir al Señor si moría en esa piscina? Dios me respondió y sucedió un milagro. Cuando estaba a punto de llegar al orificio de desagote, una mano me sujetó fuertemente y me sacó, salvándome de una muerte segura.
Nuestro Padre celestial tiene muchas maneras de responder las oraciones. No solo me conservó la vida sino me permitió cumplir mi promesa. A veces siento que no me resulta fácil vivir y lograr mis objetivos, pero Dios me dice: “Sigue, hija, el camino no es fácil, pero confía, te llevo en mis brazos”.
Querida amiga, si Dios escuchó a una pequeña niña en problemas, ¿por qué no puede hacerlo contigo? Si estás pasando un momento difícil, si sientes que te hundes cada vez más en tus problemas y has pensado que para ti no hay solución, clama a Dios y confía en él. Tenemos un Padre maravilloso que nos ama, nos escucha, perdona nuestros pecados y no demorará en acudir en tu ayuda.
Kenia Almonacid de Casos, Perú

 

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com

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