mayo 09, 2014

La eterna búsqueda | Matutina para Mujeres

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“Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil”. Ezequiel 34:16.
Derrek Clay, de dos años, se perdió en el desierto. Sus angustiados padres, conscientes de los peligros que amenazaban al niño, llamaron a la policía. Pronto se inició la búsqueda. Los primeros en buscar fueron los vecinos  de la familia Clay, quienes en su celo y angustia por encontrar al niño borraron sus huellas. Expertos rescatistas rastrearon por secciones en un radio de cinco kilómetros alrededor de la casa de los Clay.
Aunque participaron más de quinientos rastreadores durante 36 horas, la tarea fue infructuosa.
Por fortuna, se unió al rescate Nancy Hachmeister con su perra pastor alemán, Kallie, a quien le hizo olfatear los calcetines del niño y le ordenó rastrear. El can corría, saltaba y olfateaba y, en tres ocasiones, fue herida por las espinas de los cactus. Aun lastimada y exhausta, la perra persistió en buscar, animada por Nancy, que le sacaba las espinas y la curaba.
A 75 horas de haberse perdido el niño, el agudo olfato de Kallie lo encontró malherido, rasguñado y sangrando profusamente, pero vivo. Había sido hallado gracias a la intensa búsqueda.
Este hecho me recuerda la búsqueda constante de Dios al pecador con el objeto de rescatarlo para que viva eternamente. Esta tarea de rescate comienza en Génesis. Allí vemos a Dios buscando a Adán y Eva después de que pecaron. Casi cuatro mil años después, al enviar ajesús a esta tierra, el Padre le encarga la misión de “buscar lo que se había perdido” (Luc. 19:10).
Hoy, Dios sigue buscando al pecador y anhela que nos unamos a él en esta empresa. Personalmente, me gozo en participar activamente en esta tarea, y cada año experimento la alegría de ver a personas aceptar a Jesús por medio del bautismo.
El año pasado tuve el privilegio de estudiar la Biblia con un alcohólico y su esposa. En cada estudio notaba su sincero deseo de vencer esa adicción y entregarse al Señor, pero su debilidad e impotencia se lo impedían.
Finalmente, Dios le dio la victoria: él y su esposa se bautizaron. Hoy sus rostros irradian la felicidad del rescate. ¡Agradezco a Dios por permitirme participar en esa búsqueda!
Argelia de Rodríguez, Uruguay

 

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com

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