mayo 15, 2014

La mejor decisión | Matutina para Mujeres

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“Porqué yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”. Isaías 41:13.
Desde pequeñas, nuestros padres nos educaron, a mi hermana y a mí, en el temor a Jehová. Teníamos una vida sencilla pero una fe sólida; confiábamos en el poder y la benignidad de Dios, y no dudábamos de que él estaba atento a las peticiones de nuestro corazón.
Cuando crecimos, tomamos diferentes decisiones: mi hermana conoció a un joven que no compartía nuestra fe, no obstante, decidió casarse. No escuchó los consejos y declaró firmemente: “Es mi decisión”. Cuatro meses después se separaron, a pesar de los muchos intentos de reconciliación.
Todo parecía salir mal para mi boda. Faltaban apenas dos meses y tenía mucho temor al fracaso. Mi padre prefería que no contrajera matrimonio, desanimado por la triste experiencia de mi hermana. Por momentos me faltaban las fuerzas y no sabía qué hacer. Derramé mi dolor ante el Señor, porque sabía que él me ayudaría a tomar la mejor decisión.
Un día, mi tía notó mi tristeza y me dijo: “Vany, tú eres hija del Rey y él quiere lo mejor para ti”. Esas palabras me animaron y redoblé la confianza en el Señor. Dios proveyó los medios para pagar los preparativos de la boda.
Mi familia y los hermanos de la iglesia me animaron para que contrajera matrimonio, Mi padre guardaba silencio, y era el único que se oponía.
Clamando a Dios en oración, le dije: “Señor, si mi padre no me acompaña tendré que cancelar la ceremonia. Es importante para mí que él me entregue a mi futuro esposo”. Tanto oré, que dos días antes de la boda mi padre aceptó, aunque muy temeroso. Yo sentí que esa era la respuesta de Dios a mis oraciones.
Yo le había pedido al Señor un hombre cristiano como esposo. Han pasado nueve años desde aquel día, y Dios me regaló mucho más de lo que mi mente hubiera podido imaginar. No dejo de agradecerle por mi esposo y mis dos hijos. Mis padres están felices por la decisión que tomé, aferrada a la mano del Señor.
Verdaderamente somos hijas del Rey, y él desea lo mejor para nosotras. Si somos fieles y transitamos sus caminos, Dios tiene muchas bendiciones para darnos. No dudemos ni un segundo y confiemos más en él y menos en nuestro limitado parecer.

 

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: bing

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