mayo 12, 2014

La gloria de Dios | Matutina para Mujeres

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“Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria”. Salmo 57:5.
“Cuando oramos decimos: “Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria” (Mat.6:13). ¿Qué es la gloria? En términos humanos podría ser dinero, fama, belleza, posición social, mansiones, ropa,  viajes, poder, pero en términos espirituales, ¿cómo se manifiesta la gloria de Dios?
Jesús habló de “la gloria del Padre”, y vino a esta tierra para que podamos conocerla. La gloria de Dios está en su entrega para rescatarnos, es dejarnos los Diez Mandamientos como norma de vida, es conducirnos por sus caminos, es darnos libertad, es crear el sábado para reposar, es darnos la oración para comunicarnos con él. En resumen, es darnos todo lo que somos y tenemos.
David lo expresó clara y poéticamente: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!” (Sal. 19:1-4, NVI). Su gloria está presente en todo el universo.
La expresión de la gloria de Dios es su Palabra. ¿Adónde encontraríamos consuelo, refugio, promesas? ¿Cómo sabríamos que Jesús dio su vida por nosotros y vuelve pronto a buscarnos? Debemos agradecer al Señor por manifestarnos su gloria del modo como podemos verla los humanos.
Si la viéramos en plenitud, no seguiríamos vivos. Esto también es parte de su gloria. Dios nos insta a declarar su gloria ante todos los seres humanos. Lee 1 Crónicas 16:23 al 35 y nota los verbos imperativos que usa David, por inspiración divina:
“Cantad entre las gentes su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas” (vers. 24). “Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, dad a Jehová gloria y poder. Dad a Jehová honra debida a su nombre [...] Postraos delante de Jehová en la hermosura de su santidad. Temed en su presencia toda la tierra” (vers. 28-30). “Alégrense”, “resuene”, “aclamad”, “decid”, “para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tus alabanzas” (vers. 31-35).
La gloria del Señor es contemplarlo, adorarlo y proclamarlo.
Nelly Goltz de De Sousa Matías, Argentina

 

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER 2014
”DE MUJER A MUJER” by: Pilar Calle de Henger, Imagen by: v3wall.com

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