Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él.
Colosenses 2:6.
Caminen en amor, al igual que Cristo nos amó y se dio a sí mismo por nosotros, como una ofrenda y sacrificio a Dios en dulce olor… La obediencia a la Ley de Dios es santificación. Hay muchos que tienen ideas erróneas con respecto a esta obra que se realiza en el alma, pero Jesús oró para que sus discípulos pudieran ser santificados por medio de la verdad, y añadió: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
La santificación no es una obra instantánea sino progresiva, así como la obediencia es permanente. Mientras Satanás lance sus tentaciones contra nosotros, tendremos que librar una y otra vez la batalla para vencernos a nosotros mismos; pero mediante la obediencia, la verdad santificará al alma. Los que sean leales a la verdad, vencerán por los méritos de Cristo toda debilidad de carácter que los haya inducido a recibir el molde de las diversas circunstancias de la vida.
Muchos han creído que no pueden pecar porque están santificados, pero esta es una trampa engañosa del maligno. Existe el constante peligro de que caigamos en pecado, y por eso Cristo nos ha advertido que debemos velar y orar, para que no caigamos en tentación. Si somos conscientes de la debilidad de nuestro yo, no manifestaremos confianza propia ni seremos temerarios frente al peligro, sino que sentiremos la necesidad de buscar la Fuente de nuestra fortaleza, que es Jesús, nuestra justicia.
Vendremos arrepentidos y contritos, con la desesperada sensación de nuestra finita debilidad, para aprender que cada día debemos requerir los méritos de la sangre de Cristo, a fin de que podamos ser vasos preparados para que el Maestro los pueda usar.
Al depender de este modo de Dios, no se nos encontrará combatiendo contra la verdad, sino que siempre estaremos en condiciones de ponernos de parte de lo recto. Debemos aferramos de las enseñanzas de la Biblia, y no seguir las costumbres y las tradiciones del mundo, ni los dichos ni las obras de los hombres.
Cuando surjan errores y se los enseñe como la verdad de la Biblia, los que tienen una conexión con Cristo no confiarán en lo que dice el ministro, sino que, como los nobles bereanos, buscarán diariamente en las Escrituras para comprobar si las cosas son así. Cuando descubren cuál es la Palabra de Dios, se colocan del lado de la verdad. Escucharán la voz del Pastor verdadero diciendo:
“Este es el camino, andad por él” (Isa. 30:21). Así usted aprenderá a hacer de la Biblia su consejera, y a no escuchar ni seguir la voz de un extraño -Signs of the Times, 19 de mayo de 1890; parcialmente en Cada día con Dios, p. 149.
MATUTINA PARA ADULTOS “DESDE EL CORAZÓN”
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