De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
Romanos 7:12.
Los que desean la salvación deben fijar su mente en la cruz del Calvario. Allí es que los pecadores pueden contemplar lo que el pecado ha hecho. Allí pueden ver el sacrificio infinito que se ha consumado para redimirlos de la penalidad por la Ley transgredida de Dios. Al advertir que están perdidos, los transgresores ven en Cristo su única esperanza de salvación. Desde la cruz aprenden lecciones preciosas de la vida… del Hijo de Dios, quien se entregó a sí mismo por nosotros.
El Calvario representa los atributos incomparables del carácter divino. Al mirar a la cruz, odiarán el pecado, porque entenderán que fue el pecado el que rechazó, reprochó, negó, azotó y crucificó a la Majestad del cielo…
La cruz del Calvario cuenta cómo Cristo ha magnificado la Ley y la ha honrado.
Hacer expiación por los que reciben su amor y siguen sus huellas requirió de los méritos infinitos de su sangre. Los pecadores pueden obtener perdón y paz únicamente a través de Aquel que nos ha amado, y quien nos lavará de nuestros pecados en su propia sangre. Quienes han sido convencidos de pecado ante la Ley y han ejercido arrepentimiento hacia Dios y fe hacia nuestro Señor Jesucristo, dejarán de convertir en nula la Ley de Dios…
Nunca podríamos haber conocido el valor de Cristo, excepto mediante una comprensión de los reclamos exaltados de la Ley de Jehová. Nunca podríamos haber apreciado la profundidad del pozo del cual fuimos rescatados por Cristo, excepto mediante una comprensión de la excelencia de los preceptos de verdad.
Nunca podríamos haber entendido la profundidad del amor de Dios en Cristo Jesús a menos de haber contemplado el carácter maravilloso de la Ley del cielo y de la tierra. A la luz de esa Ley santa, los pecadores ven al Redentor como es: lleno de misericordia, compasión, bondad y amor; y al mirar a Jesús y contemplar su amor incomparable hacia pecadores como ellos mismos, sus corazones se llenan de gratitud y paz celestial…
Aunque la Ley de Dios es de un carácter santo e inmutable, el adversario de Dios y de la humanidad, el primer gran rebelde que transgredió sus preceptos en el cielo, ha dirigido a hombres y mujeres en todas las edades en una guerra contra Dios… Cuando los pecadores ven que el pecado es la transgresión de la Ley, y que la Ley es el fundamento del gobierno de Dios en el cielo y en la tierra, se apresuran a colocar sus pies en el camino de la justicia, para poder estar sin faltas —Signs of the Times, 6 de julio de 1888.
MATUTINA PARA ADULTOS “DESDE EL CORAZÓN”
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