agosto 17, 2016

El maratonista feliz | Matutina para Jóvenes 2016

“Estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo” (Mateo 5:12).

En una competencia en la que los primeros tres ganadores reciben respectivamente medallas de oro, plata y bronce, ¿quién se supone que habría de ser el menos feliz de los tres? Probablemente la respuesta más obvia sería: el que se llevó la presea de bronce. Sin embargo, un estudio citado por Fernando Zabala pone de manifiesto que, entretanto que el ganador del oro es el más feliz de todos, sorpresivamente el menos feliz es el ganador de la medalla de plata. ¿Y a qué se debe esa reacción? El Dr.
Zabala cita la respuesta que dio Scott Huettel, un investigador de la Universidad de Duke: “Mientras el medallista de bronce razona: ‘Casi me quedo fuera, ¡pero qué bueno es estar entre los ganadores!’; el medallista de plata está pensando: ‘Oh, si no hubiera cometido este o aquel error, habría ganado la de oro’ ” (Saber vivir: qué hacen las personas felices, p. 35).
Sin embargo, el último día de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el maratonista Abel Kirui nos dio un ejemplo de que se puede ser feliz incluso cuando se gana la medalla de plata. En 2009 Kirui se convirtió en campeón mundial tras ganar el Maratón de Berlín; y en 2008 estableció un record mundial cuando ganó el Maratón de Viena. Pero en Londres las cosas no salieron como él esperaba. A pocos minutos de cruzar la línea de meta, Stephen Kiprotrich adelantó a Kirui y obtuvo la medalla de oro.
Aunque quedó en segundo lugar, Kirui no abrigó sentimientos de tristeza en su alma. Más bien se arrodilló, juntó sus manos, inclinó su cabeza y oró a Dios. ¿Y por qué oró? El mismo da la respuesta: “Cada vez que termino una carrera, digo: ‘Gracias, Dios’ ”. Abel Kirui, el maratonista olímpico, es un miembro de la Iglesia Adventista que corre para exaltar a su Señor. Sentir que es un atleta de Cristo, que su vida está en las manos de su Creador, le permite estar contento y agradecido sin importar en qué lugar quede en la carrera.
Kirui sabe “que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Romanos 8:28), y en ocasiones Dios dispondrá que no ganemos el oro en esta tierra, pero nos promete un “gran premio en el cielo”.
#SéFeliz #TodoObraParaBien

#VISITAMIMURO
Por: J. Vladimir Polanco

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