agosto 24, 2016

Al cielo en primera clase | Matutina para Jóvenes 2016

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“Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados” (1 Pedro 2:24).

A principios de julio de 2014 la actriz Amy Adams acaparó la atención de los medios informativos. En realidad, tengo que reconocer que no es extraño que la imagen de una persona famosa sea objeto de noticias. Lo curioso es que la aparición de Amy no tuvo nada que ver con su exitosa carrera, ni con la filmación de la esperada película Batman y Superman. Ella acaparó la atención de los medios por un gesto de humildad.
Cuando se preparaba para abordar el avión que la llevaría de Detroit a Los Angeles, Amy tomó una sorpresiva decisión: renunció a su asiento en primera clase y lo cedió a un soldado de las fuerzas armadas estadounidenses. Adams, que ha sido nominada cinco veces a los Oscars, prefirió viajar durante cinco horas en la sección económica del avión, para que el soldado recibiera los privilegios de viajar en primera clase. ¿No te parece que ese fue un gran ejemplo de humildad?
Ahora bien, sin desmeritar la acción de Amy, no hemos de olvidar que el gesto más grande de humildad que alguna vez haya conocido el universo lo hizo Jesús. Pablo lo expresa en esta declaración:
“Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está
unido a Cristo Jesús, el cual:
Aunque existía con el mismo ser de Dios,
no se aferró a su igualdad con él,
sino que renunció a lo que era suyo
y tomó naturaleza de siervo.
Haciéndose como todos los hombres
y presentándose como un hombre cualquiera,
se humilló a sí mismo,haciéndose obediente
hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz” (Filipenses 2:5-8).
Cristo “renunció a lo que era suyo”: dejó su trono celestial, su igualdad con Dios y “se humilló a sí mismo”. El no renunció a su condición divina en el cielo para descender a la tierra y recibir -por lo menos- los honores de un monarca terrenal. No. Él cambió su posición en el cielo para venir a la tierra y morir en una cruz. Cambió su vida por nuestra muerte; ocupó nuestro lugar para que recibiéramos lo que no merecíamos. Su humillación hizo posible que se nos abrieran las puertas de la exaltación eterna. Gracias a él, tú puedes viajar al cielo como un pasajero de primera clase.
#AlCieloEnPrimeraClase

JÓVENES 2016
#VISITAMIMURO
Por: J. Vladimir Polanco

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