julio 05, 2016

“Mutualismo” | Matutina para Adultos 2016

La esperanza de los elegidos

“Después dijo Jehová Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él’ Génesis 2:18

RICHARD SWENSON, médico autor de Margin, lo expresa perfectamente, ¿no crees?
“Casi todos los índices de la vida relacional ordenados en las Escrituras han sufrido reveses importantes en las últimas tres décadas. El matrimonio, a peor; la paternidad, a peor; la cohesión entre parientes, a peor; la conciencia de comunidad, a peor; el sistema de apoyo social, a peor; el compromiso con la iglesia, a peor; la unidad en la iglesia, a peor; y el mutualismo en la iglesia, a peor. Y ocurrió, según parece, de la noche a la mañana. No es de extrañar que nuestros dolores sean tan agudos” (p. 55).
¿Podría ser que la reflexión de Dios allí en el huerto del Edén sobre la necesidad de Adán de compañía sea, de hecho, cierta para toda la humanidad, casada o no? Concretamente, ¿podría ser que todos hayamos sido creados con necesidad de la comunidad mutua?
Un estudio realizado en el condado de Alameda, California, subraya los efectos de este “aislamiento” del que padece nuestra generación. Richard Swenson presenta este informe al respecto: “Un estudio tras otro confirma que un matrimonio, una familia, o una estructura de apoyo comunitario sanos producen mejor salud y mayor longevidad: una especie de sistema de amortiguación contra el dolor de la angustia. Uno de los mayores estudios realizó un seguimiento de cinco mil residentes del condado de Alameda, California, durante nueve años. ¿La conclusión? Tras corregir las variables: ‘Los no casados tenían pocos amigos o parientes, y los que rehuían las organizaciones comunitarias tenían más del doble de probabilidad de morir durante ese lapso que las personas que tenían estas relaciones sociales’ ” (Margin, p. 62).
¡Si el “aislamiento” es todo lo que experimento en el lugar de trabajo, en el lugar de estudio, en el lugar de culto -y estoy sin comunidad-, mi mortalidad se resiente! “No es bueno que mis hijos estén solos”. Dios difícilmente podría haberlo expresado con mayor claridad, ¿no te parece?
Entonces, ¿qué hará falta para transformar nuestras iglesias en comunidades en las que practiquemos el “mutualismo”? ¿Quién será el que convierta nuestros lugares de culto en lugares de afecto? ¿No sería lógico concluir que los elegidos, de entre toda la gente de la tierra, ofrecerían las experiencias y los entornos más compasivos y afectuosos para una comunidad genuina? ¿Somos guardianes de nuestros hermanos? Y, si no, ¿por qué no? Las estadísticas se han publicado. Sin el “mutualismo” comunal de Dios, ¿morirán los elegidos exactamente igual que el resto del mundo -solos y solitarios-?

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2016
ELEGIDOS
El sueño de Dios para ti
Por: Dwight K. Nelson

Share: