“Preparen un camino bien llano, quiten los obstáculos” (Isaías 57:14).
J. Sidlow Baxter escribió en su libro Awake, My Heart: “¿Cuál es la diferencia entre un obstáculo y una oportunidad? Nuestra actitud. Toda oportunidad encierra una dificultad, y toda dificultad encierra una oportunidad”. ¿Será cierto? Mientras leía los anuncios del periódico, un joven creyó haber encontrado el trabajo de sus sueños.
Cuando llamó para solicitar el puesto, le informaron de que tenía que presentarse en la oficina a las diez de la mañana para ser entrevistado. Al día siguiente, aunque salió bien temprano de su casa, nueve candidatos llegaron antes que él a la oficina. Con cierta decepción anotó su nombre en la lista, y comenzó a fijarse en todos los presentes. Tras un momento de atenta observación determinó que los demás candidatos eran más competentes que él y supuso que no había posibilidad de que él consiguiera el trabajo.
Sin embargo, en lugar de rendirse, decidió aprovechar la oportunidad que tenía por delante. Escribió una nota y le dijo a la secretaria que era urgente que el jefe la leyera en ese preciso instante. La nota decía: “Estimado señor: Yo soy el joven que está en el décimo lugar de la fila. ¡Por favor, no tome ninguna decisión antes de verme!” Cuando el jefe leyó la nota, admirado por semejante actitud, decidió contratarlo.
Es innegable que en nuestra ruta hacia el crecimiento personal, las dificultades y las oportunidades parecen ser dos caras de la misma moneda. ¿Te acuerdas de Zaqueo? La Biblia dice que quería tener la oportunidad de ver a Jesús, pero había un problema: “La multitud se lo impedía, pues era de baja estatura” (Lucas 19:3, NVI).
El no podía cambiar su tamaño y tampoco podía quitar de en medio a la multitud; pero sí podía determinar qué actitud tomaría frente a los obstáculos que le impedían aprovechar la oportunidad de ver al Maestro. Si de verdad quería ver al Señor, Zaqueo tenía que manejar creativamente su dificultad. ¿Y qué hizo? Se subió a un árbol y desde allí pudo lograr su objetivo. De hecho, Zaqueo no solo vio a Jesús, sino que Jesús se hospedó esa noche en su casa (vers. 5-7).
Las dificultades son oportunidades que te ayudarán a seguir desarrollando la mejor versión de ti mismo. Sigue el ejemplo de Zaqueo y vence tus obstáculos.
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DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2016
#VISITAMIMURO
Por: J. Vladimir Polanco
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