julio 28, 2016

Las necesidades de él y las de ella – 2 | Matutina para Adultos 2016

La esperanza de los elegidos

“[El amor] no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”. 1 Coriniios 13:5-8

CON UN CUARTO DE SIGLO como consejero matrimonial a la espalda, Willard Harley afirma que la necesidad número tres que ha oído mencionada con más asiduidad por parte de las esposas es la sinceridad y la franqueza. Harley dice a los esposos: “Tu compañera debería conocerte mejor que cualquier otra persona del mundo”. Sin embargo, a no ser que abramos nuestro corazón, señores, ella nunca nos conocerá. “Una percepción de seguridad es el brillante hilo de oro entretejido en las cinco necesidades básicas de una mujer. Si un esposo no mantiene una comunicación sincera y abierta con su esposa, socava la confianza y acaba destruyendo la seguridad de ella” (p. 91).
¿La necesidad número tres para los maridos? Una esposa atractiva. Eso “simplemente quiere decir que tu aspecto hace que alguien se sienta bien”. Obviamente, la belleza es algo más hondo que la piel, pero la atracción física es, a menudo, lo que prendió la primera llama. Y aunque los maridos tienen necesidades emocionales más importantes que su necesidad de una esposa atractiva, Harley da este consejo: “Ella debería parecer a la mujer con la que él se casó” (p. 108). La necesidad número cuatro de ella es la seguridad económica, y la de él el apoyo en el hogar. En la economía de hoy la mayoría de los hogares necesitan dos sueldos, pero Harley sugiere que las esposas prefieren que el presupuesto familiar se base únicamente en el sueldo del marido.
Ella puede decidir trabajar, o tener que hacerlo, pero recurre a su esposo en busca de seguridad económica, mientras que, para él, es una fuente de seguridad que ella sea la administradora doméstica de su vida, su familia, su casa y su hogar. Está claro que los matrimonios más resistentes y felices son una asociación abrazada por ambos en todos los frentes que comparten.
La necesidad número cinco de la esposa: el compromiso familiar. Es la novena ley de Harley sobre el matrimonio: el mejor esposo es un buen padre. Hacer las cosas juntos: las comidas, el culto, la iglesia, las salidas, los paseos en bicicleta, la playa, los juegos de mesa, los eventos deportivos, los cuentos para antes de dormir los niños, los proyectos de la familia, etcétera.
La cantidad saca una ligera ventaja a la calidad en este frente. ¡Hay que pasar tiempo juntos! ¿Y la necesidad número cinco del esposo? La admiración. “Las biografías de los grandes hombres lo demuestran, y las vidas de todos los hombres lo manifiestan: Un hombre sencillamente se crece ante la admiración de una mujer” (p. 158).
¿Por qué hacerle una crítica demoledora en público o en privado? Tu esposo llega a ser lo que tú, mujer, hagas de él. “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13:34). Cuando un hombre y una mujer prometen amarse tal como Dios los ha amado, ¡tenemos los ingredientes de una historia de amor que durará por siempre!

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2016
ELEGIDOS
El sueño de Dios para ti
Por: Dwight K. Nelson

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