febrero 19, 2015

La Tierra entra en los ciclos del sistema solar | Matutina para Adultos

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“Dijo luego Dios: ‘Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años, y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra Y fue así” (Génesis 1:14, 15).
¿Cuántas veces has observado un atractivo atardecer o una luna esplendorosa en el firmamento? En mi caso, cada vez que lo hago evoco aquel momento en el que Dios daba forma a este mundo.
El cuarto día comienza la segunda mitad de la semana de la Creación. Hay una curiosa correspondencia, no simplemente literaria, entre las dos mitades de los seis días de la Creación: el primer día, Dios creó la luz; en el cuarto, los cuerpos celestes que iluminan la tierra. En el segundo día creó el agua y el aire; en el quinto día los peces y las aves.
En el tercer día apareció el suelo, la zona seca; en el sexto día, los animales terrestres y, entre ellos, el hombre como el colofón o broche final no solo de esta segunda parte de la obra creadora, sino también de toda la Creación. ¡Magnífico diseño! ¿No te parece? Sí, la Creación es una gran obra de diseño, no el resultado del azar ciego.
Es el momento en el que aparecen el sol, la luna y las estrellas. Se podría dar aquí a la orden divina un sentido más débil: “Que aparezcan los astros como lumbreras en el firmamento de los cielos”, dando por supuesto que ya existían desde ese comienzo ignoto cuando Dios creó “los cielos y la tierra”, pero que fue solamente a partir del cuarto día cuando Dios ordenó que pudieran determinar los ciclos astronómicos de nuestro sistema solar e iluminar la Tierra al ser disipada la masa acuosa que la envolvía.
¿Quiere enseñamos el Creador que el desarrollo de los cielos en su relación con la tierra fue gradual como el de nuestro planeta? Tal vez.
En todo caso, el relato no pretende especular acerca de la relación de los astros que nos alumbran con el resto del universo. Su intención es centrar todo el proceso creativo en la tierra donde vivirá el hombre. Y si usa la expresión “hizo las grandes lumbreras” es para mostrar que los astros, adorados como dioses por los pueblos vecinos, eran simplemente criaturas de Dios al servicio del hombre.
Recuerda que si Dios tuvo la facultad de crear el sol, la luna y las estrellas, tiene poder para resolver cualquier tipo de problema que hoy tengas. ¡Confía en él!
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015 Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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