febrero 27, 2015

Cristo Creador | Matutina para Adultos

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“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten ” (Colosenses 1:16, 17).
Estos versículos afirman no solamente que Cristo fue uno con el Padre en la obra de la Creación, sino que además es él también quien asegura su subsistencia. Sí, como hemos visto, la Providencia divina en favor del hombre se manifestó con todo su poder y prevención durante la semana de la Creación; la misma Providencia y el mismo poder sostienen aquella obra para que no se destruya.
El objeto y fin de la Creación fue el ser humano, quien debía ser beneficiario del equilibrio cósmico que hizo del planeta Tierra la morada de un ser a la imagen y semejanza divinas. Después del pecado, esa intervención providente de la Deidad se hizo todavía más necesaria para que la redención del hombre caído llegara a su término final antes de que las fuerzas de la naturaleza, como consecuencia de la actividad rebelde e inconsecuente de la humanidad, pudieran ser alteradas y convertir en caos la obra perfecta del Creador. Cristo fue y sigue siendo nuestra divina Providencia.
La Biblia dice al respecto: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron” (Juan 1:1 -5).
En él subsisten el poder que mantiene con precisión matemática los inmensos astros del universo en sus órbitas señaladas, el poder que sostiene las partículas del átomo en sus órbitas predeterminadas. En él subsisten también la gracia y la misericordia que mantienen la nueva criatura en el horizonte de la salvación.
Pero hay un Dios en los cielos… cuando olvidamos que Jesucristo es Dios poderoso, Creador del mundo y Sustentador del universo. Sus maravillosos ojos se posan hoy sobre nuestras vidas para damos grandes bendiciones.
Deja que su poder transformador repare las heridas que hay en tu conciencia y te brinde una paz integral.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015 Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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