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Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. ( 1 Tesalonicenses 4:16, 17. )
Cuán gloriosa y maravillosa es la esperanza cristiana, la “esperanza bienaventurada [dichosa, feliz]” de la segunda venida de Cristo (Tito 2:13). Jesús quiso llenar nuestros corazones con la bendita esperanza de que, al final de la historia, y precisamente para finalizarla, vendría otra vez para terminar con el mal y el dolor, y llevarnos a ese mundo feliz que todos soñamos. Por eso dijo:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3).
Lo primero que hará en su segunda venida será devolverles la vida a todos los hombres, mujeres y niños de buena voluntad que en vida amaron a Dios y a su prójimo. Y luego, enviará a sus ángeles por toda la Tierra (Mat. 24:31) para reunir a los que estén vivos y sean salvos con sus amados que han resucitado.
Nos reuniremos con nuestro Salvador “en el aire”, para luego emprender un maravilloso viaje intergaláctico hasta el cielo, en esa gran fiesta final de la historia, donde todos los hombres y las mujeres de buena voluntad recibirán la gloria prometida.
Ese será el día más feliz de tu vida: reunirte para siempre con tus amados que has perdido; saber que ahora se hallan seguros de todo mal, de todo peligro, de todo dolor. Poder ingresar en un mundo feliz, sin sombra de maldad ni sufrimiento, saturado de eterna dicha.
Pero, sobre todo, ver cara a cara y abrazar a aquel Ser que te amó como nadie en la Tierra, que dio su vida por ti en la cruz y que se dedicó a trabajar por tu salvación.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015 EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud Por: Pablo M. Claverie
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