febrero 13, 2015

Estaba escrito en su Biblia | Matutina para Adultos

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“¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra!” (Salmo 119:9).
Israel Moyano Herrero era un joven adventista de 20 años oriundo de Barcelona (España). Había sido estudiante de bachillerato en el Colegio Adventista de Sagunto.
Un día decidió ir a Estados Unidos para matricularse en un curso de piloto de aviones y servir como piloto-misionero. Yo mismo le arreglé los documentos para que postulase como misionero. Pero cuando estaba realizando la última clase de prácticas de vuelo, sobrevolando los alrededores de Los Ángeles (EE. UU.), la avioneta cayó al mar causando la muerte del instructor, de Israel y de otro joven español.
Sus padres, su hermano, Joel, y todos los que lo conocíamos nos quedamos perplejos. Sus padres, desconsolados, viajaron a Arizona (EE. UU.), donde vivía, para recoger sus enseres personales y allí encontraron su Biblia en inglés, la que llevaba los sábados a la iglesia.
Israel era un joven vinculado a la iglesia, pero sin grandes manifestaciones espirituales. En ocasiones, sus padres tenían la impresión de que le interesaba más vivir y disfrutar su juventud que prepararse para el advenimiento de Jesús. Pero Israel leía su Biblia. Cuando los padres ojearon aquella Biblia, pudieron sentir las vibraciones de la fe de su hijo desaparecido, su espiritualidad, su esperanza, su compromiso con Dios y la profundidad de su experiencia personal con Jesús. Esa Biblia fue para ellos una especie de testamento espiritual de Israel.
En aquel ejemplar de las Escrituras, no solamente había muchos pasajes subrayados, sino también notas personales manuscritas en los márgenes. Toda una serie de reflexiones espirituales, pensamientos y aspiraciones que mostraban lo que pensaba de Dios, del servicio cristiano, de la experiencia religiosa.
Copié algunas de esas frases directamente de su Biblia, la mayor parte escritas en inglés; pero la principal escrita en español, la lengua que sus padres podían comprender, como si hubiera tenido al escribirla una premonición de la tragedia que lo iba a arrancar del lado de su familia: “Señor, ¿qué puedo hacer hoy por ti?”; “Dios mío, no me siento capaz de conducir este coche estacionado”;
“Nuestra situación ante Dios no depende tanto de la cantidad de luz que hayamos recibido como del uso que estemos haciendo de la luz que poseemos”; “Señor, dame la sabiduría necesaria para aprender a orar, el valor para tratar de orar y la perseverancia para continuar orando”; “Dios no siempre desea que comprendamos todo, sino que confiemos todo a él”.
Como Israel, escribe en tu Biblia tu diálogo con Dios, tu fe y confianza, tus luchas, y el Espíritu Santo que inspiró ese libro transformará tu vida.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2015 Pero hay un DIOS en los cielos…
Por: Carlos Puyol Buil
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