“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”. Salmo 34:7.
En 1988 nos trasladamos, con mi esposo y mis tres hijos, a la ciudad de Moyobamba, San Martín, en la República del Perú. Era el segundo lugar donde servíamos en nuestro ministerio, y como familia aceptamos el reto de llevar adelante la obra Dios.
Corría el mes de junio y se acercaba la gran campaña evangelizadora. Todo estaba listo p ara recibir a los predicadores y compartir las nuevas de salvación con otras personas.
Vivíamos en un segundo piso, y eran las 15:30 cuando mi esposo se disponía a salir de casa. En ese momento escuché un ruido como la caída de una gran piedra en el primer piso. Salí corriendo para averiguar qué pasaba. Mi corazón latía fuertemente, algo me decía que no era nada bueno.
Cuando bajaba las escaleras, alguien subía cargando en brazos a mi hijo Jonathan, de tres años. El dolor se apoderó de mí. Vi a mi hijo con sangre en la boca y me imaginé lo peor. Con angustia clamé a Dios por misericordia y piedad, pero le dije que aceptaba su voluntad.
Luego de orar salimos en busca de un vehículo p ara llevar al pequeño al hospital. Ese día se celebraba la fiesta del pueblo, razón por la cual no había transporte, y con gran esfuerzo logramos llegar al nosocomio. El médico que nos atendió dejó al niño en observación y mi esposo quedó a la espera de los resultados, mientras yo regresaba a casa p ara acompañar a mis dos hijos menores.
Toda la noche clamé por la salud de mi pequeño, y al día siguiente fui al hospital para saber los resultados. Cuando entré a la habitación vi a mi hijo tranquilo y listo para salir. Me dijo: “Mamá, quiero comer”. El médico me dio la noticia más tranquilizadora que una madre puede recibir: “Su hijo está muy bien. Es un milagro, no tiene ni un rasguño, la sangre en la boca fue por haberse mordido la lengua”. Alabado y glorificado sea el nombre de mi Dios.
La campaña de evangelización siguió adelante y seiscientos nuevos fieles entregaron su vida al Señor en las aguas bautismales. Hoy Jonathan es Ingeniero en Sistemas de Información y ha puesto sus talentos al servicio de la causa del Señor. Realmente, los ángeles del Señor están atentos para proteger a sus hijos.
María Elena Morales de Venancio, Perú
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014 “DE MUJER A MUJER”
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