[Los servidos del santuario terrenal] sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
Hebreos 8:5.
Ayer conocimos a 0. R. L. Crosier, el amigo de Hiram Edson que dedicó tiempo al estudio intensivo y extensivo de la Biblia sobre el significado del Santuario y la purificación que tendría lugar al final de los 2.300 días de Daniel 8:14. Al escribir en el Day Dawn, publicado por Edson y F. B. Hahn, Crosier expuso sus hallazgos en forma muy sistemática.
Una de sus primeras conclusiones fue que la interpretación de Miller era errada, puesto que “la palabra Santuario no puede aplicarse a la Tierra bajo ningún principio”. Crosier, obviamente, tiene su concordancia a mano cuando señala que “la palabra Santuario aparece 104 veces en la Biblia: 100 en el Antiguo Testamento [...] y 4 veces en el Nuevo Testamento, todas en la Epístola a los Hebreos”.
Más adelante en su artículo, Crosier concluye que el Santuario de Daniel 8:14 posiblemente no sea el Santuario judío, ya que este había sido irremediablemente destruido. “Sin embargo, aunque el Santuario judío dejó de ser el Santuario hace 1.800 años, existió algo más hasta el final de los 2.300 días que se llamó el santuario, y al final de ese período iba a someterse a un cambio que se expresa mediante la palabra ‘purificado’, ‘justificado’, ‘vindicado’ o ‘declarado justo’”.
Una cosa es clara en el libro de Hebreos, señaló Crosier: “Que Cristo, en su ascensión, entró en el lugar del que el Santuario judío era figura, modelo o tipo, y ese es el lugar de su ministerio durante la dispensación evangélica”. El libro de Hebreos indica incuestionablemente que ‘tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad EN LOS CIELOS, MINISTRO DEL SANTUARIO…’
Este es el único texto del Nuevo Testamento en el que se encuentra la palabra santuario, salvo los tres que hablan del Santuario judío. Y ahora nos sentimos seguros al afirmar que no existe ninguna autoridad bíblica para llamar santuario a cualquier otra cosa, bajo la dispensación evangélica, que el lugar del ministerio de Cristo en los cielos, desde el momento de su ascensión al Padre hasta su segunda venida”.
Hoy, podemos agradecer a Dios porque tenemos a Jesús como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Heb. 7:25). ¡Amén!
Tomado de: Devocionales Matutina para Adultos 2014
“A menos que Olvidemos”
by: George R. Knight, Imagen by: v3wall
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