KAWAUCHI, Japón (Reuters) - Residentes de un pueblo japonés obligados a evacuar después que un enorme terremoto y un tsunami desencadenaron un desastre nuclear enfrentaron el martes una cruda realidad y un futuro incierto al regresar brevemente a sus casas abandonadas hace dos meses.
Vestidos con trajes protectores blancos que cubrían desde la cabeza a los pies y acosados por los periodistas, 92 residentes del pueblo de Kawauchi, en el noreste de Japón, recorrieron por dos horas la zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor de la destrozada central nuclear de Fukushima Daiichi.
Al llegar en autobús al gimnasio del pueblo después del recorrido, cada uno de los residentes llevaba una bolsa de plástico que les dieron para rescatar algunas pertenencias. La mayoría las llenó con ropa, pero también con fotos, peluches, documentos bancarios y botellas de sake.
"Además de la ropa, no hay mucho más que nos podamos llevar, porque apenas hay espacio en el centro de evacuación", dijo una mujer de mediana edad que no quiso ser identificada.
Los residentes fueron evacuados a centros de toda la región de Fukushima después de que el Gobierno declarara el mes pasado que Kawauchi, un pueblo de 3.000 habitantes, y otros ocho municipios dentro del radio de 20 kilómetros alrededor de la central, era zona prohibida.
El primer ministro Naoto Kan, bajo presión por su forma de manejar la crisis, ha dicho que el Gobierno decidirá si los evacuados pueden volver a sus hogares después de que los reactores dañados hayan sido estabilizados.
Tokyo Electric Power Co (TEPCO), el operador de la central, ha dicho que el proceso probablemente lleve hasta fin de año. Otros expertos dicen que podría tardar más.
Algunos residentes temen no poder volver nunca.
By Shinichi Saoshiro
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