septiembre 28, 2013

GUSANOS EN EL CEREBRO}.. Matutina (J)

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La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz

Romanos 8:6

En 1876, el famoso escritor Mark Twain, autor de Las aventuras de Tom Sawyer y cuyo verdadero nombre era Samuel Langhorne Clemens, escribió un relato titulado “Una pesadilla literaria”. (Este relato más tarde recibiría el nuevo título de “Taladren, hermanos, taladren”). En el texto relata el desamparo que siente el narrador ante unas “rimas cantarínas” que han secuestrado su cerebro:

“Al instante se apoderaron de mí completamente. Las tuve danzando por la cabeza todo el desayuno [...]. Les planté cara durante una hora, pero no sirvió de nada. Mi cabeza seguía tarareando [...]. Me fui al centro, y al poco descubrí que mis pies llevaban el ritmo de esa implacable cantinela [...]. La estuve repitiendo toda la velada, me fui a la cama, di vueltas y la canté en voz baja toda la noche”.

¿Te ha pasado alguna vez que una melodía pegadiza se te queda grabada en la mente y no hay manera de librarse de ella? A las melodías impertinentes y pegadizas se las llama “gusanos auditivos”, pero realmente deberíamos llamarlas “gusanos cerebrales”, porque el fenómeno ocurre en el cerebro, no en el oído. Algunas personas combaten estos “gusanos” con mayor o menor éxito cantando, escuchando la melodía completa que traen en la cabeza para que deje de repetirse, o desplazándola con otras melodías.

Este fenómeno me hace recordar la voz del Espíritu Santo. Cuando actuamos en contra de la voluntad de Dios y quebrantamos su ley, nuestra conciencia nos reprende. Allí, implacable como un “gusano cerebral”, la voz de la conciencia nos recuerda que hemos hecho mal y debemos arreglar la situación. No importa dónde vayamos o nos escondamos, el Espíritu Santo siempre nos encontrará. Muchos luchan contra esta voz ahogándola con distracciones y placeres, otros con paciencia esperando que se agote, y otros racionalizando su conducta.

El Espíritu Santo, sin embargo, no actúa como un “gusano cerebral”. No se apodera de nuestra conciencia. No secuestra nuestra vida interior sino que nos llama con amor. La Biblia lo llama el “Espíritu de la gracia” (Heb. 10:29), refiriéndose a su forma de actuar. Tú puedes rechazarlo si así lo deseas y su voz se hará cada vez menos perceptible. Pero no lo hagas. Dios te buscará dondequiera que estés, sin importar que hayas caído muy bajo, y te hablará con amor. SI escuchas su voz hoy y aceptas su reprensión amorosa, serás más feliz y tu vida alabará a su Creador.

MATUTINA PARA JÓVENES ¿SABÍAS QUE…?

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