febrero 22, 2017

Américo, el usurpador, UN DÍA HISTÓRICO | Matutina para Jóvenes

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“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (Génesis 32:28).

¿Cómo te sentirías si tu propio hermano mintiera y se llevara lo que es tuyo? ¿Cómo reaccionarías si observaras que esto no es circunstancial, sino un historial de grandes trampas? Esaú se enojó con su hermano Jacob, y este reaccionó con temor y angustia (Gén. 32:7). No era para menos: Esaú, a quien él había engañado, lo esperaba con un ejército de cuatrocientos hombres. Además, Jacob afrontó otro conflicto terrible esa noche (Gén. 32:22-32): luchó con un ángel hasta el amanecer.
El Ser celestial no lo venció, y él reclamó una bendición. Y esta llegó con el cambio de su nombre: pasó de ser Jacob (“el engañador”), a Israel (“Dios lucha”). Desde entonces, su vida experimentó un gran cambio. Y, errores mediante, su nombre denominó al pueblo de Dios.
Hablando de engañadores, mencionaremos a uno que indudablemente grabó su nombre para la posteridad, nada más ni nada menos que nombrando un continente: el comerciante, navegante y cosmógrafo florentino Américo Vespucio, fallecido el 22 de febrero de 1512. A su memoria es que nuestro continente tiene por nombre “América”.
Cristóbal Colón creyó que había llegado a las Indias, sin sospechar que aquellas islas de las que había tomado posesión pertenecían a un nuevo continente. Años después, Américo Vespucio realizó, supuestamente, viajes al territorio continental americano (sus relatos son fantasiosos y contradictorios), y divulgó en Europa el hallazgo de nuestro continente. Esa noticia le valió la gloria postuma.
El cartógrafo Martín Waldseemüller, en su mapa de 1507, utilizó el nombre “América” en su honor, como designación para el Nuevo Mundo. Cuando, seis años después, retiró ese nombre y atribuyó a Colón el descubrimiento, el término ya estaba impuesto.
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”, decía Abraham Lincoln. Tarde o temprano, las consecuencias te alcanzan.
Hoy puede ser un día histórico. Atrévete a ser veraz, honesto y transparente. Batalla contra tu tendencia al engaño y la mentira. Derroca al “Jacob” que llevas dentro. Tú también puedes ser un “Israel”.
“Aquellos que no estén dispuestos a dejar todo pecado ni a buscar seriamente la bendición de Dios, no la alcanzarán. Pero todos los que se afirmen en las promesas de Dios como lo hizo Jacob, y sean tan vehementes y constantes como lo fue él, alcanzarán el éxito que él alcanzó” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 202). PA

By:Pablo Ale – Marcos Blanco

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