febrero 20, 2017

¿Qué estás haciendo con tus dones?, ¡SALTA! | Matutina para Menores

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“Cada uno debe vivir según los dones que el Señor le ha dado” (1 Cor. 7:17).

Hoy te voy a contar una fábula que me recuerda a un personaje de la Biblia. Léela muy atentamente, a ver si descubres en quién estoy pensando. La historia dice así: “Había una vez un león que se enamoró perdidamente de la hija de un campesino y la pidió en matrimonio. Pero el papá de la muchacha tenía miedo de entregarle a su hija, porque los leones son muy feroces, y hacen daño con su enorme fuerza. Al mismo tiempo, no se atrevía a decirle que no, por si le hacía daño a él. Así que, el padre de la joven I dijo al león:
“-Usted parece un digno esposo para mi hija. Pero si quiere casarse con ella debe cumplir primero un requisito.
“-¿Cuál es ese requisito? -quiso saber el león.
“-Debe usted arrancarse todos los dientes y todas las uñas, porque eso es lo que da temor a mi hija. Si lo hace, podré entregársela sin miedo.
“El león amaba tanto a la joven que cumplió con los requisitos. Entonces, volvió a presentarse ante el papá de su amada. Pero, para su sorpresa, el papá no le entregó a su hija, sino que le dijo:
“-Ahora usted no vale nada: ha perdido todos sus poderes. Yo lo desprecio, y no permitiré que mi hija una su vida con la de alguien que malgastó los dones que la naturaleza le dio”.
¿Qué te parece este relato? ¿Acaso no te recuerda a un hecho real que se narra en el Antiguo Testamento? Se parece mucho a lo que hizo Sansón. Había recibido de Dios unos dones que nadie más tenía, y que debía utilizar para la causa del Señor. Sin embargo, por amor a una mujer, que no le convenía, se dejó arrebatar esos dones del Señor y acabó viviendo una vida miserable.
¿Qué haces con los dones y los talentos que Jesús te da? ¿Los usas para su servicio o no te interesa desarrollarlos, porque lo que te interesa son otras cosas? Si no desarrollas tus dones, dejarás de tener la fuerza y la inteligencia que Jesús quiere darte. Serás como un Sansón sin pelo… o un león sin uñas ni colmillos.
Tu valor está en los dones que Jesús te da. Por eso, utilízalos para su causa.

By:Patricia Navarro

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