enero 10, 2015

Necesitamos un Salvador | Matutina para Jóvenes 2015

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Al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!  (Mateo 14:30.)
Cuando era pequeño, mientras intentaba aprender a nadar en una piscina de un club de barrio, me hundí en el agua, y esa experiencia me pareció aterradora. La sensación fue desesperante, hasta que mi hermano mayor vino en mi rescate.
En la lectura bíblica de hoy, Pedro es objeto de un milagro: empezó a caminar sobre el agua del Mar de Galilea, y eufórico por la experiencia, miró hacia atrás, a sus compañeros, con cierta satisfacción por la exclusividad del milagro. Pero las fuertes olas azotadas por el viento ocultaron de su vista a su poderoso Amigo y Maestro.
Entonces, lleno de temor, empezó a hundirse en medio del mar. En su desesperación, clamó: “¡Señor, sálvame!” Dice el relato bíblico que “al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él” (Mat. 14:31), y salvó a su amigo de sufrir una muerte horrenda.
¿No has sentido muchas veces la sensación de que tu existencia transita en medio de un mar bravio, insondable, profundo y peligroso, y de que tu vida se hunde en medio del mar de conflictos, luchas, angustias, inseguridades, dramas y tragedias que te plantea la existencia? ¿No has sentido la necesidad de que Alguien poderoso te tienda una mano lo suficientemente grande como para rescatarte y devolverle a tu vida la seguridad perdida?
Hay momentos cuando te sientes pequeño, y desearías también ser rescatado del mal, de las miserias morales que habitan en ti. Deseas ser elevado a un plano moral superior, más puro y elevado.
Si sientes esta necesidad, lo que estás necesitando es un Salvador. Y el mensaje del evangelio es que Jesucristo es mucho más que un gran maestro, que un gran filántropo o que un gran idealista religioso y moral.
Por sobre todas las cosas, Jesús es el Salvador divino, Creador del cielo y de la Tierra (Juan 1:1-3), que se hizo hombre (Juan 1:14), y que murió crucificado en un acto redentor, que mostró los límites del amor de Dios y de su interés por el bienestar y la felicidad del ser humano; por tu felicidad.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2015 EL TESORO ESCONDIDO
Un encuentro con Dios en tu juventud Por: Pablo M. Claverie
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