Vannesa Bristow, quien capto con el lente de su cámara a un niño con ojos muy semejantes a los zafiros.
En un principio, se puso en tela de juicio la veracidad de la imagen, y muchos indicaron que se trataba de una foto trucada. Sin embargo, la propia fotógrafa declaró, un tanto molesta: “A todos ustedes, incrédulos que desconfían de la originalidad de la fotografía: no es Photoshop”,
Y para comprar sus palabras, la profesional consultó a un oftalmólogo, quien aseguró que el pequeño padece de albinismo ocular o albinismo Nettlesip-Falls, que hace que el pigmento del iris sea menos denso.
Bristow conoció al pequeño llamado Theuns, cuando buscaba a su perro en la localidad de Marimani. Fue en ese lugar donde se encontró con el niño y su madre, al percatarse del color de ojos del menor, la artista no dudo en fotografiarlo.
La fotógrafa confirmó que tuvo después oportunidad de regresar y tomar más imágenes “el niño estaba más suelto e incluso le regaló una sonrisa a mi cámara”, indicó.
Intentando dar una explicación, consultó a un oftalmólogo: “Representa probablemente albinismo ocular o albinismo Nettleship-Falls. Esto hace que el pigmento del iris a ser menos denso”, sostuvo el especialista.
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