junio 10, 2016

Vacante para una profetisa | Matutina para Jóvenes 2016

“Porque todos pueden profetizar” (1 Corintios 14:31, NBLH).

Supongamos que eres gerente general del Departamento de Profetas del cielo y tienes una vacante, pues necesitas urgentemente un profeta para el tiempo del fin. Mientras revisas matlos currículum vitae que te han enviado por correo electrónico encuentras el de una jovencita que dice lo siguiente:
  • Tengo dieciséis años y estoy soltera.
  • Apenas sé leer y escribir, pues no terminé el tercer curso de primaria.
  • Mi médico dice que tengo tuberculosis, que mis pulmones están muy enfermos y que además tengo problemas cardíacos. El está seguro de que moriré en cualquier momento.
  • Durante varias semanas no he podido pronunciar más que un susurro.
  • No puedo escribir mucho debido a que mi sistema nervioso no funciona adecuadamente.
  • Estoy postrada en cama y me cuesta caminar.
  • Los frecuentes ataques de tos y las hemorragias pulmonares me han dejado con pocas fuerzas.
¿Te animarías a darle el trabajo a esta jovencita? Te seré sincero: yo no se lo daría. Por suerte, yo no soy el responsable de designar profetas; eso le corresponde a Dios, y él sí es capaz de tomar a esa jovencita y transformarla en una profetisa cabal. ¡De hecho, lo hizo! El cuadro que te acabo de mencionar no es resultado de mi imaginación, es la descripción que da J. N. Loughborough, el primer historiador adventista, en su libro The Great Second Advertí Movement, de la condición en la que se encontraba Elena de White antes de recibir su primera visión en diciembre de 1844.
¿Cuántos años vivió Elena después de esa visión? Setenta y uno. ¿Cuántas páginas escribieron esas manos temblorosas, incapaces de dominar un lápiz? Más de cien mil. ¿De qué escribió esa joven semianalfabeta? De salud, psicología, filosofía de la educación, teología, escatología, familia, y muchos temas más. ¿Cuántos sermones predicó? Se estima que pronunció diez mil sermones y discursos mientras viajó por América, Europa y Australia.
Pablo escribió: “Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese” (Filipenses 1:6). Si Dios pudo hacerlo en la vida de Elena de White, ¿no podrá hacerlo en la tuya?
#elDiosdelosMilagros #PoderdeDios

DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2016
#VISITAMIMURO
Por: J. Vladimir Polanco

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