“Por encima de todo, vístanse de amor” (Colosenses 3:14, NVI)
“Juegos mentales: A veces una bata blanca no es solo una bata blanca”. Así tituló la periodista Sandra Blakeslee un artículo publicado en The New York Times. El escrito gira en tomo a un estudio que apareció en la página web de Times. El escrito gira en tomo a un estudio que apareció en la página web de The Journal of Experimental Social Psychology.
En dicho estudio se analizó el papel que desempeña la vestimenta en lo que los neurocirujanos llaman “cognición corporal”. Según el Dr. Adam D. Galinsky, de la Northwestern University, “nuestra vestimenta afecta a la forma en la que nos perciben los demás y a lo que pensamos de nosotros mismos”.
Para comprobar esto el Dr. Galinsky hizo varios experimentos. Por ejemplo, reunió a cincuenta y ocho estudiantes y los dividió en dos grupos. A un grupo les pidió que usaran ropa de trabajadores de la calle; y al otro grupo les puso una bata blanca de laboratorio. Después llevó a cabo una prueba de atención. ¿Y qué crees? La prueba puso de manifiesto que los estudiantes con atuendo de científicos cometieron un cincuenta por ciento menos de errores que el otro grupo.
En otro estudio, Galinsky utilizó a setenta y cuatro estudiantes. Tomó el mismo número de batas, pero a un grupo le dijo que eran batas de pintores y al otro le dijo que eran batas de médicos. Tras realizar la prueba, el grupo que creyó tener la bata de médico fue considerablemente superior al que creía que tenía la bata de pintor. La conclusión del estudio es que la forma en que la gente se viste cambia su estado psicológico. Entonces, ¿tiene importancia la vestimenta? Claro, porque constituye un reflejo de lo que realmente eres y de lo que representas. Como dice el Dr. Galinsky: “La ropa invade el cuerpo y el cerebro”.
¿Creías que la ropa solo era un pedazo de tela que nada más servía para cubrir o resaltar alguna parte de tu cuerpo? Tu vestimenta es más significativa de lo que supones. Sin embargo, como ese tema es bastante complejo, concluyo con estas palabras: “Vestios, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12, RV95). ¡Esa es la mejor vestimenta!
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DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2016
#VISITAMIMURO
Por: J. Vladimir Polanco
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