octubre 21, 2014

El buen camino | Matutina para Mujeres

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“A sí dijo Jehová [...] mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”.
Jeremías 6:16.
Construir un hogar cristiano, donde los hijos puedan crecer dentro de los principios que nos enseñan las Escrituras, no es tarea liviana en la época que vivimos. No obstante, si “preguntamos por las sendas antiguas” y hacemos de Jesús nuestra brújula, seguramente transitaremos por el “buen camino”.
Orar y hacer el culto diario con nuestros hijos los llevó a depender más de Dios. Planificar juntos proyectos que beneficiaban a la familia fue muy positivo para ellos.
Cuando nuestros hijos tenían ocho y diez años, pensamos con mi esposo en comprar un auto pequeño. En ese tiempo era un privilegio, pues no era fácil para las familias de clase media acceder a un vehículo. Decidimos compartir con los niños el plan. Les preguntamos si les gustaría que tuviéramos un auto para salir los cuatro juntos en las vacaciones. Se mostraron muy entusiasmados con la idea.
Les aclaramos que no teníamos todo el dinero y una parte debíamos abonarla en cuotas, y eso requería un esfuerzo conjunto, es decir, ellos no debían pedir nada extra mientras tuviéramos la deuda. Se manifestaron muy dispuestos y felices. El plan no pudo salir mejor, ya que los niños se abstuvieron de pedir lo que iba más allá de lo necesario. Así conseguimos nuestro primer vehículo y lo disfrutamos en familia.
En este tiempo posmoderno la relación padres-hijos ha sufrido un cambio radical: la intercomunicación es escasa o ausente, los niños manejan sus tiempos desde temprana edad, se han multiplicado las actividades y expectativas de la familia.
Los padres, por su lado, están preocupados por lograr sus propios objetivos a costa del tiempo que deberían dedicar a sus hijos. Toda la familia está tan exigida, que no hay tiempo para el diálogo, y menos aún para crecer espiritualmente como familia: el culto personal, la oración, el estudio de la Palabra de Dios.
Querida amiga, nada debería ser más importante para nosotras que tener una relación familiar cotidiana con Jesús. “Preguntemos por la sendas antiguas” y llevemos a nuestros hijos “por el buen camino”.
Mary Nikolaus de Vergan, Argentina
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014 DE MUJER A MUJER Recopilado por: Pilar Calle de Henger
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