octubre 13, 2016

Reparadores de la brecha–3 | Matutina para Adultos 2016

La movilización de los elegidos

“¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, sin darle el salario de su trabajo!”Jeremías 22:13

EN UNA OCASIÓN CONVOCAMOS a un grupo de trabajo de solidaridad con los pobres para dar orientación sobre la misión de nuestra congregación hacia los barrios marginales. Quedé sorprendido por la intensidad con la que los activistas de la comunidad hacían hincapié en que es preciso que nos tomemos muy en serio el llamamiento divino de Isaías 58 a la justicia social. A no ser que se dé a los pobres formación y herramientas, seguirán en servidumbre económica y social, una opresión no muy distinta de una guerra.
Una tarde de sábado, en invierno, iba yo puerta a puerta por Benton Harbor, Michigan, con uno de nuestros alumnos, orando con los que lo desearan. (Esta ciudad es la segunda más depauperada per cápita de los Estados Unidos). Llegamos una tienda. El Cadillac estacionado delante tenía una calcomanía: “Jesús es Señor”. Esta debería ser una visita amigable. Así que nos sacudimos la nieve de las botas y entramos en lo que era un salón de belleza.
-¿Quién es el dueño del automóvil que tiene lo de “Jesús es Señor”? -dije yo en voz alta. El lugar quedó en silencio-. Porque somos de la Universidad Andrews y estamos orando con todo el mundo. ¡Sabíamos que encontraríamos amigos aquí dentro!
Con eso, todos empezaron a charlar y sonreír. Uno de los hombres hizo un comentario que no olvidaré. De alguna manera, nos pusimos a hablar de Irak, y me dijo que había luchado allí.
-De hecho -concluyó- vivo en Vietnam.
-¿Cómo dijo…?
con la mano apuntando hacia el exterior de la puerta, aclaró:
-Vivo en Vietnam aquí en Benton Harbor -señalando hacia el exterior de la puerta. Así que di cuenta de lo que quería decir. La gente que vive ahí marginada considera el lugar una zona de guerra.
Isaías 58 es una movilización de los elegidos a la zona de guerra de la pobreza y de la injusticia humanas. Pertenezco a una comunidad de fe que se deleita en defender las grandes eses de la salvación divina: el sábado, la Segunda Venida, el santuario, etcétera. Pero Isaias 58 está claro: sin justicia social y sin acción social (versículos 6 y 7), todas las demás eses del mundo no pueden por sí solas cumplir la misión de Dios.
Por esa razón puede comenzar Dios el capítulo que llama a la justicia social y a la acción social y terminarlo con un soliloquio sobre la observancia del sábado, como diciendo: “Ustedes entenderán bien mi día únicamente cuando entiendan bien mi camino”. Una enseñanza en la que también se insistió hace un siglo: “Aliviar a los afligidos y consolar a los tristes es un trabajo de amor que realmente honra el santo día de Dios” (El ministerio de la bondad, p. 81). Bueno, hasta el sábado es divinamente estratégico para amar a los pobres.

ELEGIDOS
El sueño de Dios para ti
Por: Dwight K. Nelson

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