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Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
2 Pedro 1:20, 21.
Miller estaba bien acompañado en su interpretación de las profecías. La interpretación profética se divide en tres escuelas principales. Los preteristeis consideran que el cumplimiento profético tuvo lugar en algún momento antes o durante la redacción de un libro profético. Así, por ejemplo, el libro de Apocalipsis hablaría, fundamentalmente, de acontecimientos que habrían sucedido al final del siglo I de la Era Cristiana.
El futurismo, una segunda escuela de interpretación profética, sostiene que la mayor parte de la profecía apocalíptica se cumplirá en un corto período de tiempo, justo antes de la segunda venida. La tan popular serie “Left Behind” [Dejados atrás], de nuestros días, se basa en el futurismo.
La tercera visión, el historicismo, considera que el cumplimiento de las profecías comenzó en la época del profeta, continúa a través del espectro de la historia y culmina en la segunda venida.
La interpretación historicista de la profecías se ilustra mejor con Daniel 2, cuyo cumplimiento comienza durante la vida de Nabucodonosor y de Daniel, se extiende a través de los tres reinos subsiguientes que dominan el mundo mediterráneo, continúa a lo largo de las divisiones de Roma y alcanza su cumplimiento en el tiempo del fin, con la llegada del Reino de Dios.
Las visiones de Daniel 7, 8, 9, y 10 al 12 reproducen exactamente el modelo historicista; al igual que Apocalipsis 12, que traza la historia mundial desde el tiempo de Cristo niño hasta el tiempo del fin, en el versículo 17. Y así sienta las bases para los acontecimientos finales que se desarrollan en los capítulos 13 al 22.
Miller era historicista, así como la iglesia primitiva y casi todos los intérpretes protestantes desde mediados del siglo XIX. El futurismo y el preterismo, si bien captan aspectos importantes de la profecía bíblica, no tuvieron mucha presencia en el estudio apocalíptico hasta la Reforma de Martín Lutero, cuando ciertos expositores de la iglesia dominante buscaban escapar de lo que consideraban como interpretaciones historicistas problemáticas de temas como el gran dragón escarlata y la ramera de Babilonia. Los últimos años del siglo XIX y el siglo XX fueron testigos de una oleada de futurismo y preterismo, en parte como respuesta a las fallas percibidas en el millerismo.
Pero, las fallas del adventismo millerita no han cambiado la perspectiva historicista obvia de Daniel 2, o incluso del principio día por año, que se encuentra tan cimentado en Daniel 9 que los traductores de la Revised Standard Versión tradujeron el versículo 24 como “setenta semanas o años”, a pesar del hecho de que el hebreo solo reza “setenta semanas”.
El agregado era necesario incluso para personas que no creían en la profecía predictiva, si iban a dar algún sentido a una profecía que pretendía extenderse desde la época de la restauración de Jerusalén hasta el Mesías.
MATUTINA PARA ADULTOS 2014 “A MENOS QUE OLVIDEMOS” by: George R. Knight,
Imagen by: v3wall
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