
“Podemos decir con confianza: ‘El Señor es mi ayuda; no temeré'” (Heb. 13:6). Un niño de nueve años estaba sentado en su pupitre cuando, de pronto, se fijó en un charco que se había formado a sus pies. Sospechando de dónde podía venir aquel líquido, se tocó la parte delantera de los pantalones…...